Con tan solo un año, los niños ya pueden jugar a unas cuantas cosas: encajar formas sencillas, apilar piezas, corretear, patear la pelota, arrastrar cochecitos, golpear un tambor, mirar (o más bien romper) cuentos y revistas... Eso sí, su atención sólo es capaz de entretenerse breves momentos en cada juego. ¡Salvo cuando se enfrascan en una actividad repetitiva! ¿Por qué lo hacen?
1. Descubren un mundo nuevo
A esta edad, los niños se encuentran inmersos en el llamado juego sensomotor. A través de él descubren el mundo físico, sus propiedades y posibilidades: el peso, la dureza, el sonido, la opacidad... Consiste, sobre todo, en tocar, golpear, arrastrar, sacudir, voltear, abrir y cerrar, meter y sacar, arrojar y recuperar, esconder y encontrar...
Disfrutan provocando que ocurran cosas: un sonido, un desplazamiento,una caída, la desaparición de un objeto, su recuperación… Cosas nuevas y sorprendentes. Sí, nuevas para ellos, aunque sean tan conocidas para nosotros. Por eso, aunque no lo parezca a primera vista, este juego es muy creativo.
2. Les aporta seguridad
Así pues, los niños aprenden repitiendo. Algo tan sencillo como golpear una cacerola con una cuchara les enseña que, si se choca una cosa con otra, se produce un sonido. Y lo provocan ellos. ¡Qué placer! ¿Cómo no volver a hacerlo?
Cuando se está empezando a vivir, el mundo se rige por el azar y elcaos. Las cosas ocurren sin orden ni concierto, sin saber por qué. Pero si siempre que se da un golpe, se produce un ruido, entonces hay algo que el pequeño ya tiene claro: que después de lo uno, siempre viene lo otro. Todo un hallazgo: ha descubierto una ley que funciona. Y va a comprobarla una y otra vez, porque, además le da seguridad.
3. Les ayuda a progresar física y psicológicamente
La reiteración de actividades motoras tiene varias funciones:
- Perfecciona el dominio de su cuerpo: con la práctica se consolidan las conexiones cerebrales que proporcionan facilidad y soltura.
- Le da al niño la satisfacción de ejercitar y comprobar esas habilidades y su progreso, es decir, de sentirse competente. Cuando se centra repetitivamente en una acción o en un objeto, lo que está haciendo es seleccionar, centrarse en algo y así descartar otra serie de estímulos que podrían desbordarle.
- Les permite asimilar lo que es nuevo para él, convirtiendo lo inédito y extraño en familiar y conocido.
4. Les hace perseverantes
Esa capacidad para sobreponerse al fracaso e intentarlo otra vez, supone una capacidad de empeño muy saludable. Significa que el niño es perseverante y resistente al desánimo, y que está dispuesto a aprenderde sus propios errores (por eso se llama aprendizaje por ensayo y error).
Por: Luciano Montero, psicólogo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario